"Ver lo que todos ven pero pensar lo que nadie pensó" A. Szent

¿Qué diferencia un buen profesional, de uno que no lo es? ¿Qué caracteriza una persona creativa, de una que no lo es? ¿Qué diferencia un pensador excepcional, de uno que no lo es? ¿Y qué a un líder, de uno que no lo es? Su capacidad de ver lo que todos ven, pero pensar lo que nadie pensó o su habilidad de encontrar oportunidades donde otros ven problemas. Es curioso como la capacidad de tomar decisiones guiadas por la imaginación y la experiencia da mejores resultados que un modelo solo lógico. Esto se debe a que para un buen juicio intervienen la emoción, la memoria y la experiencia. Ya Einstein decía: “La imaginación es más importante que el conocimiento”, porque para él era claro que el conocimiento puro sin la experiencia no garantizaba el éxito al enfrentar las situaciones diarias. Por otro lado, nuestros alumnos no tienen un futuro claro respecto a la revolución que les tocará vivir, a diferencia de nuestros abuelos que les tocó la industrial y a nosotros la digital. Tampoco hay claridad respecto al futuro de las profesiones ni a las carreras, porque la biología de hoy, mañana se fusionará con la genética, la nanotecnología y la robótica; que el ingeniero de hoy mañana será el neuroingeniero o el bioingeniero. ¿Qué nos dará esa adaptación al futuro? Además de investigar constantemente, está el pensar en que los problemas del presente debemos transformarlos en soluciones para el mañana. ¿Cómo ver oportunidades en problemas? ¿Cómo pensar en lo que nadie pensó? Veamos algunos tips, cuya base está en aprovechar las diversas situaciones del día a día pidiendo reflexión y soluciones alternativas. Sabemos por la historia, que si Goodyear no hubiera pensado que la mezcla de caucho que cayó en su cocina caliente no perdía su forma, hoy no conoceríamos el proceso de vulcanización para hacer llantas. Tampoco tendríamos la penicilina si Fleming no hubiera pensado que el hongo que la producía y que contaminó sus cultivos mataba a sus bacterias. Cada situación problema tiene una oportunidad, pero depende de la habilidad de pensar sobre lo observado, sumada al conocimiento y la experiencia. Por ello, esta habilidad de pensar lo que nadie pensó, nace de experimentar respuestas a situaciones cotidianas, de maravillarnos con el mundo que nos rodea, de no ser solo usuarios de la tecnología, de preguntarnos el por qué de las cosas, de discutir situaciones o noticias en el quehacer diario, de buscar formas alternativas de hacer las cosas y que veamos en cada problema una oportunidad de aprendizaje.

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